viernes, 23 de enero de 2015

DE LA PUERTA DE LA SERRETA A LAS PUERTAS DE SAN JOSÉ


ITINERARIO MEMORIALISTA POR CARTAGENA

1ª etapa: La Puerta de la Serreta:


Durante los siglos XVI y XVII, Cartagena era una ciudad amurallada a la que se accedía a través de cinco puertas, a las que se añadían dos portillos, o brechas en los muros, llamadas puerta de la Serreta y puerta del Ángel, para facilitar la entrada a los vecinos, sin tener que dar grandes rodeos.
Estas puertas se mantuvieron hasta que, ante la desaparición de los antiguos peligros y la extensión cada vez mayor de la ciudad, las murallas pasaron a convertirse en un estorbo, comenzando a derruirse a partir de 1902.
Desde entonces, el pequeño valle ubicado entre el Cerro del Molinete y el Monte Sacro, que desde el siglo XVII se conocía como Paraje de la Serreta, fue cambiando su fisonomía merced a la construcción de casas en que se produjo el asentamiento de clases bajas,  y la zona pasó a denominarse Arrabal de la Serreta, y en el lugar donde estuvo la antigua puerta, se construyó, entre 1777 y 1786 el Parque de Artillería, y la plaza que se encontraba delante de él, antes llamada Huerto de los Carmelitas, pasó a llamarse Plaza del Parque.
Plaza de López Pinto antes de la remodelación de 2008

Pero el nombre con que actualmente se conoce a dicha plaza, no es ninguno de los que ostentó en la antigüedad. No sobrevivieron las denominaciones de Puerta de San José, Huerto de las Carmelitas o Plaza del Parque. Ni siquiera se le llama por algún apelativo que haga referencia al corralón de comedias que existió en sus proximidades o a la plaza de abastos que provisionalmente se estableció allí, hasta ser trasladada al Mercado de Santa Florentina. El lugar se llama Plaza de López Pinto, el nombre del general cuyo busto se encuentra ante la fachada del antiguo cuartel, hoy sede del Archivo Municipal y del Museo Histórico Militar.
El busto del general, antes de la remodelación de la plaza
Busto del general, en
la actualidad

¿Quién era este general? ¿Cuáles sus méritos para que el Ayuntamiento de Cartagena le dedique un monumento y dé su nombre a una plaza importante, situada en el centro de la ciudad?

Según el Ayuntamiento se trata de un importante personaje histórico de Cartagena, que fue hermano mayor de la Cofradía Marraja; según los historiadores memorialistas se trata de un general fascista acusado de crímenes contra la Humanidad.

Este general de Artillería, nacido en Cartagena (11 de marzo de 1876), tomó parte, en 1902, en los trabajos de alumbrado eléctrico de las baterías de Cartagena y tras una larga carrera militar, que había comenzado con su incorporación, en 1890, a la Academia General Militar, fue nombrado en 1934 gobernador militar de Cartagena, cargo que ostentó hasta que el 28 de febrero de 1936, el Ayuntamiento cartagenero solicitó su relevo, tras la multitudinaria manifestación de más de 15.000 ciudadanos y ciudadanas, la mayor registrada en la ciudad hasta entonces, que acompañó hasta el Ayuntamiento a los concejales depuestos para reponerlos en sus cargos. Al término de dicha manifestación, la corporación pidió al gobierno democrático de la República la libertad de los presos políticos y sociales y la separación de sus cargos del contraalmirante Cervera, Jefe de la Base Naval, y del general López Pinto, por considerarlos enemigos de la Democracia.

General López-Pinto y Berizo
¿Por qué el gobierno republicano trasladó a Cádiz a este militar “enemigo de la democracia” en lugar de someterlo a un proceso de investigación? Uno de tantos errores que contribuyeron a favorecer las circunstancias origen del golpe de Estado.

El 18 de julio, López Pinto, un militar que había jurado lealtad al gobierno y a la bandera republicana, traicionando su juramento, se unió al golpe de estado, y siguiendo las instrucciones de Queipo de Llano, declaró el estado de guerra en la provincia de Cádiz y se apoderó del Gobierno Civil, reprimiendo brutalmente la resistencia de los marinos leales del Arsenal de la Carraca.
Liberó de su reclusión en el castillo de Santa Catalina a José Enrique Varela Iglesias, que cumplía arresto militar a causa de sus reiteradas conspiraciones contra la República, poniéndolo al mando de las tropas sublevadas hasta hacerse con el control de la ciudad.

 Tras esto, López Pinto extendió la violenta ocupación a los pueblos de la provincia de Cádiz y parte de la de Málaga, ordenando la muerte de niños, ancianos, mujeres y enfermos. Los sediciosos bajo sus órdenes comenzaron una sistemática destrucción de todo lo que oliera a República, incluyendo el exterminio, el expolio y la depuración. La resistencia popular fue más bien escasa, por lo que en la provincia de Cádiz, y sobre todo, en San Fernando, no llegó a haber guerra: simplemente represión. En San Fernando se aprehendió en primer lugar a los líderes de los sindicatos y partidos de izquierdas, así como a buen número de militares que se mantuvieron fieles al gobierno legítimo, a algunas personas acusadas de ser masones y al pastor protestante Miguel Blanco Ferrer, y se les asesinó. Todo bajo las órdenes del “artillero y marrajo” López Pinto.
13.500 gaditanos juzgados por “rebelión militar”, de los que, 3071, fueron fusilados y hechos desaparecer en fosas comunes por orden suya.
Restos humanos en una fosa común en El marrufo
Fue responsable del bombardeo de Cartagena en octubre de 1936.

Continuó ordenando la represión en la provincia Cádiz, por medio de las tropas legionarias que corrieron por toda ella en busca de botín y de mujeres guapas, hasta diciembre de 1976, en que pasó a Burgos, para, siguiendo órdenes del general Franco, encargarse de la dirección de las operaciones que presidieron y desencadenaron la rotura del Cinturón de Hierro destinado a la defensa de Bilbao, entrando en esta plaza el 9 de junio de 1937 y extendiendo a ella el terror y haciendo lo mismo en Santander, que conquistó el 27 de agosto de ese mismo año.
Entrada de los franquistas en Bilbao


En 2009, la ASOCIACIÓN MEMORIA HISTÓRICA DE CARTAGENA, organizó una concentración ante el busto del general golpista, pidiendo su retirada, amparándose en la Ley de Memoria Histórica.
Concentración en diciembre de 2009

Con anterioridad, la concejala socialista Caridad Rives, había recordado al Ayuntamiento, con motivo de la reciente remodelación de la plaza, la citada Ley de la Memoria Histórica, diciendo que era éste el momento idóneo para retirar el busto de la recién remodelada plaza, así como la placa que le daba el nombre del general, pero la corporación del partido Popular se negó a ello.
Plaza de López Pinto durante la remodelación

El cuartel convertido en museo, y la plaza renovada

Concentración en diciembre de 2009

Tras la manifestación organizada por la asociación memorialista, el teniente de alcalde y viceportavoz del Gobierno Municipal José Vicente Albaladejo, manifestó “No sé si López Pinto era franquista, pero desde luego, su busto está ahí desde no sé cuándo y no vamos a quitarlo porque lo pidan cuatro señores con una bandera republicana”
Fuera nombres y símbolos franquistas de nuestras calles











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